28.12.05

Santiago y Juan, Hijos de Zebedeo

Hoy salí a pescar en el bote con Santiago y Juan, los Hijos de Zebedeo. Son más jóvenes que Andrés y Simón, y hemos conversado mucho. Están muy intrigados por mi forma de vida, por no estar con mi familia, por ir de una ciudad a otra. Les he contado que hay personas que no pueden quedarse toda la vida en lo mismo. Para algunos era necesario partir y dejar todo atrás. Les hablé de que los Profetas pagaron con su sacrificio, vivir eternamente en el corazón del pueblo de Israel. El mundo está muy triste y no sabe enfrentar las injusticias que lo afligen. Por la noche converso largas horas con María. Hoy luego de mirarla a los ojos en silencio me he dado cuenta de algo que no había advertido hasta ahora que la veo con túnica negra. Su mirada y su sonrisa es identica a la de la otra María, mi madre.