9.1.06

El Discípulo de Juan

Hoy pasó por Cafarnaúm uno de los discípulos de Juan, al que conocía de cuando fui bautizado en el Jordán. El tiempo que estuve con Juan siempre sentí que sus discípulos me dedicaban celosas miradas, tal vez por las largas horas que el bautista dedicaba en sus pláticas conmigo. Pero pensaba que era más mi imaginación que otra cosa. Sin embargo hoy cuando hablaba con un nutrido grupo de pescadores, lo reconocí mientras venía por el camino y lo invité a unirse al grupo. Quería que nos contara si sabía alguna novedad sobre la prisión de Juan y me hubiera gustado mucho que transmitiera las palabras de Juan, que sería mucho del agrado de mis vecinos. Cuando el discípulo me reconoció, quedó muy sorprendido y me dedicó una mirada en la que vi claramente el odio. Dijo que estaba muy apurado, que debía llegar rápidamente a su destino, sin nombrarlo, y nosotros tampoco le preguntamos. Y siguió su camino ante los ojos de los impávidos pescadores que no comprendían su descortesía. Justifiqué al viajero diciendo que tendría que cumplir alguna importante misión relativa a la prisión de Juan, para que los signos de egoísmo de este hombre que pasó casualmente por Cafarnaúm no mancharan la diáfana imagen que gozaba Juan en el pueblo.

1 Comments:

At 8:50 p. m., Anonymous Anónimo said...

Me preguntaba en qué andaba el maestro, que hace tantos días que no escribe...

 

Publicar un comentario

<< Home